La Guerra contra el Narco: La guerra perdida

Humvee militar usado por el narco; Reynosa, Tamaulipas

Con la supuesta caída de popularidad de Felipe Calderón a un 44%, fuera de ser relevante sintoma del fracaso de su gobierno de promesas incumplidas y propuestas que él mismo sabe que no pasarán, por eso finalmente las propone, se esconde un movimiento mediático a favor del PRI por recuperar su poder.

La guerra del Narco, bajo la cual, Calderón intentó legitimarse luego del fraude de 2006 ante la población, lo terminó por minar su propio gobierno, tanto es así, que tuvo que subir el sueldo a los militares para evitar a topos y traidores entre las filas del ejército.

Aunque decía el general Obregón que ningún mondao aguantaba un Cañonazo de 50 mil pesotes, y es la pura neta. Ese Calderón es una mariquita que no supo a lo que se metía, pues como todo mal estratega los zapatos le quedaron muy anchos para tamaños piecesitos, perdonando la expresión, ya que los pobres gay no se merecen la comparación con un sujeto que siempre parece estar tomado.

Comprado en EU, sus ocupantes fueron abatidos

La mano derecha
Las especulaciones y rumores desde 2007 sobre el caso Martí y la relación de Gerardo Garcia Luna, Secretario de Seguridad Pública (SSP) con grupos de secuestradores, que salieron a la luz con la adquisición de dos mansiones en menos de un año al frente del cargo, muchos le intuían como un enlace directo al Chapo Guzman, por lo que el ejército empezó a desconfiar de la SSP.

Pero fue hasta que sus mismos correligionarios de partido (de Calderón) lo anunciaron a los cuatro vientos, que el tren se descompuso y el presidente del empleo, que iba acabar con el narco, tuvo que salir a desmentir el hecho.

Cargadores

Narrando las grandes detenciones a cabecillas relacionados con el lider del Cartel de Sinaloa, ninguna de ellas ha sido realmente crítica, como lo ha sido con el resto de los carteles.

La mantas alusivas a la relación del Gobierno y capos del trafico de estupefacientes, le han dado duro a un presidente que sólo atina a crear confederaciones de países sin poder real, o enviar ayuda a países extranjeros cuando se olvida a los damnificados de Chalco y millones de personas en la más ignominiosa pobreza en México.

El presidente del empleo que no dio ninguno

Y ni siquiera hemos hablado de ninguna guerra, pero la derrota está a la vista de todos, la guerra se perdió desde la misma mesa de quien la diseño, el PRI regresará al poder votado por esa bola de tontos que trajeron a Salinas, votaron por Zedillo y fueron convencidos como idiotas de que en la izquierda había un Chavez en potencia, solamente para que grupos de poder conserven su lugar en una oligarquía parasitaria y corrupta.

Total y seguirá la guerra o se pactará con ella, que para eso el PRI se pinta solo.

Veremos como cada seis años llegarán a Reynosa Tamaulipas, -una de las ciudades más violentas de México en apenas un lapso de tres años- camiones con camisas, cachuchas de papel y botones del Si se puede, Él sabe como hacerlo y Progresa, para que voten como focas y aunque en el papel nada habrá cambiado, una gran verdad se dejará sentir, una verdad que el PRI siempre ha dicho en voz alta: la virtud del pueblo de México es su gran capacidad de simular que ya no están simulando, que si mi general Villa viviera transcribiría: Osease que son un bola de "pinchis borregos".

Peña Nieto el protegido de Salinas de Gortari

Luego subirán sus videos a Youtube indignados, exigiendo rendir cuentas a un gobierno que les ha tomado la medida con una regla bastante corta.

Hoy Calderón les monta el espectáculo circense de mandar a la armada a ser la vergüenza de la flota UNITAS como en la anterior entrega, cuando incluso les tuvieron que prestar misiles, porque sus costosas fragatas de segunda mano no portan ninguno, pero el mexicano de a pie se crece, se piensan que somos la novena potencia mundial (no, no lo somos).

El Narco
Los capos no pierden espacio, no hay una guerra en la que el ejército más atrasado de América latina pueda ganar solamente con infantería, mientras los narcos, mejor equipados y entrenados, se mueven a sus anchas combatiendo con otros grupos, infiltrándose a todos los niveles del gobierno, lo que finalmente terminará contaminar al mismo ejército.

Cada día se capturan más traficantes, todos con un alias, bajo el cual se pretende presumir como la gran captura o golpe al crimen organizado, nada más lejos de la realidad, las pérdidas en hombres  apenas en unas horas son sustituidas por miles de pobres esperando engrosar las filas de una economía basada en la delincuencia, buscando lo que la economía formal no les ha podido ofrecer.

Tarde o temprano, el gobierno pactará con ellos, los dejará a sus anchas, sólo para que no se vea en los medios que México no tiene nada que envidiarle a Iraq o Afganistán.


Y en ese momento, el adormilado pueblo mexicano se volverá para mirar la pantalla de televisión y verá el último partido de su mediocre selección mexicana, renegando de su incapacidad y desgana. Se enojarán, saldrán a protestar, pero siempre ilusos, siempre güeyes, con cada partido los seguirán embaucando con el Ya merito, vamos muchachos y el Sí se puede tan común en el país del no pasa nada que actualmente es México.